domingo, 11 de noviembre de 2012

DANZAS FOLKLÓRICAS DE GUATEMALA


DANZAS FOLKLÓRICAS DE GUATEMALA


Las Danzas folclóricas de Guatemala son todas aquellos bailes tradicionales que existen en el país y que de acuerdo a los datos de una investigación de la Dirección General de Cultura y Bellas Artes, se registran en de manera más amplia en las localidades con mayor población indígena (Móbil, 2002).
Historia y significado de algunas danzas
El Yurumén es una danza que se celebra el 26 de noviembre de cada año y con la que se festeja la llegada de la etnia Garífuna al territorio guatemalteco. Recientemente, según el Decreto 83-96, ese día también se declaró como el Día Nacional del Garífuna (Torres, 2007).
El Baile del Venado es otra danza folclórica tradicional. Durante el período de la conquista de Guatemala, los españoles que visitaban algún lugar, miraban la fauna que atravesaba los caminos, encantados por la silvestre locomoción de la diversidad cuadrúpeda. Así, se dirigían a los mayas u otros nativos, preguntando los nombres de los animales. Ellos respondían que se llamaban “venados”. El cuadro de la tradición oral, base de este baile, sigue de esta forma: los españoles volvían a preguntar por qué no mataban a los venados para comérselos. Ellos contestaban que no tenían armas para hacerlo, y además indicaban a los españoles que en un cerro vivía un cazador, quién tenía permiso para cazar con cerbatana. Luego los nativos fueron en busca del viejo cazador y le pidieron permiso a Tzuultaq’a, Dios del Cerro. Los españoles consiguieron un arma de fuego para cazar a los venados. Luego el cazador y sus acompañantes al intentar cazar a los venados se dieron cuenta que estos animales eran rabiosos, por lo que prepararon un baile. Todos acompañaron al viejo cazador. Los venados también eran acompañados por el tigre, el mico, el león y otros. Cuando el viejo cazador termina la caza, es cargado por los micos, el león, el tigre y el perro para que ya no siga cazando más a la orilla del río. Los acompañantes del viejo cazador bailan con alegría puesto que a este no le pasó nada cuando se enfrentó al venado rabioso. Con el arma en mano el cazador le dice a los españoles: “Ya les traigo al venado muerto”, luego lo destazaron. Al terminar de comer bailan con el viejo cazador de alegría. Cada “son” -obra del género musical vernáculo- interpretado en la marimba, corresponde a cada pareja que busca el cazador (Torres, 2007),
Otro baile común dentro de las danzas folclóricas es El Baile de la Conquista, que como su nombre sugiere, evoca incidentes propios de la conquista de Guatemala por los españoles, que encabezó Pedro de Alvarado. En la misma conquista tomó parte la figura legendaria de Tecún Umán, encabezando a los vencidos. Sus instrumentos musicales siguen siendo actualmente el pito, la chirimía, el tambor y el tamborón. El argumento del baile es de guerra, en el cual los cristianos son los españoles y los gentiles son los mayas. De modo similar a la danza de Moros y Cristianos, finaliza con la conversión al cristianismo de la población local, con lo que se consuma la conquista y en saludo final todos bailan juntos. Este baile fue creado por los bailes dominicos para auxiliarse en la catequesis de los "infieles" en la época de la conquista (Torres, 2007).
El Baile de Mah Nim -también conocido como Los Guacamayos- inicia el 30 de abril, a partir de las 9 de la noche con distintas actividades. Primero, se hace una pequeña ceremonia para despertar a las máscaras, ya que tuvieron un año de descanso y se requiere que sean despertadas, seguidamente se hace el wa’tesink -dar de comer-. En ese momento se mata un gallo, en honor de las máscaras, se cocina y luego ya cocido se les da de comer a las máscaras, pasándoles la carne en los labios. Así también, se les da de beber b’oj. A media noche, inician su camino rumbo al calvario, su lugar sagrado donde empiezan a bailar. Sin embargo no debe haber ningún otro baile , pues esto las hace enojar y las máscaras empiezan a pegar con látigos. Una vez han bailado en el calvario, bajan a la iglesia catedral -a las cinco de la madrugada-, desde donde empiezan a llamar a su gente con trompetas y tun, acompañados de bombas y cohetes. Finalmente salen de la iglesia con destino al lugar donde se encuentra la Virgen de Santa Elena y luego a la Cofradía de Santa Cruz (Torres, 2007).
En cuanto a la historia de este último baile, se cuenta que cierto día un personaje llamado Mama’ Mun, con su esposa Pet Mun, fueron a las montañas en busca de comida, a cazar venados y otros animales. Sintiendo que les sería difícil cazar con su pequeña hija llamada Princesa, la dejaron por un momento en una cueva, -Peñas Altas, que es en donde se construye el primer pueblo de Santa Cruz- y se alejaron. Al regresar a la cueva, para su sorpresa, ya no estaba la niña, entonces recurrieron a instrumentos musicales como el tún, trompetas y el su’ para llamar y pedir ayuda. Aparecieron así los grandes Guacamayos que les preguntaron: "¿a dónde van?". Ellos contestaron: “Perdimos a nuestra hija y necesitamos recuperarla”. Los Guacamayos respondieron: “Te ayudaremos a encontrarla...” y como acto seguido empezaron a danzar haciendo mucho ruido, para que se les presentara el hombre que había cometido el robo. En ese momento los Guacamayos girando entre unos grandes bejucos, señalaron el camino hacia donde se encontraba la niña, pero la hallaron bajo los pies de un personaje llamado K’iche’ Winaq. En los labios de K’iche’ Winaq se veía sangre de la pequeña Princesa. De pronto empieza la pelea entre el Jicaque, los Guacamayos y el Cacique, en disputa por la niña. Aparece la mujer, que grita de dolor por lo sucedido a la niña. Luego de la prolongada lucha logran agarrar al Jicaque, lo destrozan y reparten toda la carne y la sangre en venganza de su niña. Pet Mun recibe la sangre de K’iche’ Winaq en un sombrero, la vierte en el cerro en todas las piedras y árboles que se encontraban a su alrededor. Luego de haber repartido la carne los Guacamayos se retiran con el son del tún y trompetas.
          

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